Aquí te ofrecemos un material educativo denominado: La Campaña Terrestre de la Guerra con Chile para Sexto Grado de Primaria o niños de 11 años de edad. Este contenido se avanza en el curso de PERSONAL SOCIAL y lo podrás descargar GRATIS en los formatos WORD y PDF.
Muestra del Material Educativo
En esta parte observaras una muestra de la 1era página del tema sobre La Campaña Terrestre de la Guerra con Chile que lo podrás descargar gratuitamente.
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¿Qué Contiene esta Ficha sobre La Campaña Terrestre de la Guerra con Chile?
Este material educativo lleva contenidos muy importantes, así como:
- El Combate de Pisagua
- La Batalla de San Francisco
- La Batalla de Tarapacá
- Campaña de Tacna
- La Batalla del Alto de la Alianza
- La Batalla de Arica
- La Campaña de Lima: San Juan y Miraflores
- La Ocupación de Lima
- La Batalla de Huamachuco
- El Tratado de Ancón
- Las Consecuencias de la Guerra
- Actividades de La Campaña Terrestre de la Guerra con Chile
Ahora desarrollaremos algunos de estos temas, ten en cuenta que todos estos conceptos estarán en el interior del material educativo que te compartimos gratuitamente.
La Campaña Terrestre de la Guerra con Chile
Después del combate de Angamos el Perú perdió su marina de guerra y Chile quedó dueño del mar. En adelante las operaciones tendrían que realizarse por tierra.
El ejército aliado (peruano–boliviano) tenía en la provincia litoral de Tarapacá una fuerza aproximada de 10 000 hombres, al mando del general Juan Buendía. Sus armamentos estaban conformados por fusiles de las más diversas marcas. El historiador chileno Vicuña Mackenna, refiriéndose al ejército aliado de Tarapacá, dice: «su personal, tomado en conjunto y como entidad militar, era digno de respeto; pero a diferencia del ejército de Chile, no tenía armas, ni municiones, ni víveres, ni dinero, ni movilidad, ni retirada».
El ejército aliado se encontraba concentrado en Iquique. La táctica chilena consistió en desembarcar sus fuerzas al norte de este puerto, para aislarlo definitivamente del resto del Perú.
La campaña de Tarapacá comprende tres episodios de importancia: el combate de Pisagua, la batalla de San Francisco y la batalla de Tarapacá.
El Combate de Pisagua
El ejército chileno, al mando del general Erasmo Escala, estaba conformado por unos 10000 hombres. Con el apoyo de sus buques de guerra, desembarcó el 2 de noviembre de 1 879 en el puerto de Pisagua, que estaba defendido por unos mil soldados armados de fusiles a órdenes del coronel Isaac Recavarren. La resistencia fue heroica. Las acciones se iniciaron a las 7 de la mañana.
La artillería chilena bombardeó el puerto y provocó el incendio de los depósitos de salitre. Sólo por la tarde, los chilenos ocuparon Pisagua. Después de la caída de Pisagua, el ejército chileno emprendió la marcha hacia el Sur. Entretanto, el ejército aliado, dirigido por Buendía, avanzó desde Iquique hacia el norte.
La Batalla de San Francisco
El 19 de noviembre, en medio de la confusión y el desorden del ejército boliviano por las noticias recibidas sobre su jefe y presidente, tuvo lugar la batalla de San Francisco.
El ejército peruano-boliviano, comandado por el general Buendía, en su marcha hacia el norte, se encontró con el ejército chileno en los cerros de San Francisco. Sin orden para atacar, algunos jefes y tropas peruano-bolivianos iniciaron la batalla, escalando el cerro. Mientras tanto, las compañías de retaguardia, con sus descargas de fusiles, herían o mataban a sus propios compatriotas, sembrándose la confusión. El ataque se realizó sin un plan previo.
En esta acción destacó la actuación del coronel Ladislao Espinar (cusqueño). Espinar dirigió personalmente el ataque en la cumbre misma del cerro, confundido con los chilenos. Finalizado este episodio los bolivianos se retiraron a su país y los peruanos, con destino a Tarapacá.
La Batalla de Tarapacá
Después de la batalla de San Francisco, el ejército peruano se dirigió hacia Tarapacá, en una marcha innarrable. Los miembros que pertenecían a la infantería, casi todos ellos de raza indígena, fueron expuestos a terribles sufrimientos.
El coronel Belisario Suárez, en el parte oficial del 23 de noviembre, escribió: «Salió el ejército casi desnudo, muy próximo a quedar descalzo, desabrigado y hambriento, a luchar antes que con el enemigo, con la intemperie y el cansancio durante la noche, para evitar en las pampas el sol abrasador y, en una palabra, con el equipo que al principio de la campaña era ya inaparente para emprenderla, porque ninguno de los pedidos ha sido atendido en los largos siete meses de espera en Iquique» .
El general Hilarión Daza, presidente de Bolivia y jefe del ejército boliviano, recibió la orden de marchar de Arica hacia Tarapacá, con el propósito de atacar al ejército chileno por el norte, toda vez que el ejército de Buendía lo hacía por el sur. Después de algunos días de camino, en forma inexplicable, Daza decidió retornar hacia Arica, acto que ha sido juzgado como traición o cobardía.
En la mañana del 27 de noviembre se encontraba en la aldea de Tarapacá, la infantería peruana, con un efectivo de unos tres mil hombres, comandados por el coronel Belisario Suárez.
Alrededor de las ocho de la mañana llegó al campamento la noticia del ataque chileno. El ejército chileno estaba compuesto por 2500 hombres de infantería, 150 de caballería y 150 de artillería, con diez cañones de campaña de largo alcance, al mando del general Luis Arteaga.
El objetivo de los chilenos era copar y exterminar al ejército peruano allí reunido. Avanzaron en tres frentes.
Inmediatamente, el alto mando del ejército peruano dispuso que Cáceres escalara el cerro con sus batallones Dos de Mayo y Zepita. En media hora entró en combate encarnizado, logrando vencer a la superioridad chilena.
Bolognesi, que estaba enfermo, escaló el lado opuesto con su división formada por los batallones Guardias de Arequipa y Ayacucho. Así pudo repeler el ataque chileno. El soldado Mariano de los Santos, oriundo de Urcos, arrancó con sus manos la bandera chilena que flameaba en la cima.
En la aldea de Tarapacá quedaron Buendía y Suárez, para resistir el ataque.
La batalla fue encarnizada y duró nueve horas. Los soldados peruanos tuvieron que combatir, utilizando inclusive, las armas y municiones de los enemigos muertos y prisioneros. Bolognesi y Cáceres combatieron denodadamente al frente de sus tropas.
La batalla de Tarapacá fue una gran victoria para la infantería peruana. «El gran héroe de esta jornada fue el soldado anónimo del Perú. En los nichos y placas murales de la cripta, erigida en el cementerio de Lima, lo representan el corneta Mariano Mamani y el soldado Manuel Condori».
El Perú perdió 216 hombres; los chilenos, 516 y toda su artillería. Sin embargo, esta gran victoria no tuvo mayor significación en los acontecimientos posteriores. El ejército peruano tuvo que emprender una penosa marcha con dirección a Arica, a través del desierto, durante 22 días pavorosos. A pesar de la gran victoria, se dejaba en poder de Chile el extenso y rico departamento de Tarapacá.
Campaña de Tacna
El ejército chileno desembarcó en Ilo y Pacocha (Moquegua), en el mes de febrero. Su objetivo era cortar todo abastecimiento al ejército aliado peruano boliviano, que se encontraba acampado en Tacna, al mando del general Narciso Campero, nuevo presidente de Bolivia.
La Batalla del Alto de la Alianza
Los aliados ocupaban la meseta de Intiorco o Alto del Sol, llamada desde entonces “Alto de la Alianza”, al noroeste de la ciudad de Tacna. Teníamos un efectivo de 8930 hombres y 8 piezas de artillería. El ejército chileno constaba de 14 mil hombres, 37 cañones y cuatro ametralladoras.
El ejército aliado se situó en posición de espera. La batalla se inició a las diez de la mañana del 26 de mayo de 1 880. Fue sangrienta. Los soldados peruanos y bolivianos cumplieron con su deber. Las ventajas del número, del armamento y de la artillería chilenos decidieron la victoria final, al promediar las dos de la tarde. El ejército aliado perdió en el campo de batalla unos dos mil soldados, además de 84 oficiales peruanos y 23 oficiales bolivianos.
Los chilenos ocuparon Tacna. Los bolivianos emprendieron el regreso definitivo a su país. A partir de entonces, Perú sería la única víctima de la agresión chilena.
La Batalla de Arica
Al sur de Tacna se encontraba la plaza de Arica cuya guarnición, compuesta de 1 600 hombres, estaba al mando del coronel Francisco Bolognesi. Esta guarnición quedó completamente aislada del resto del Perú, después de la batalla del Alto de la Alianza.
La plaza de Arica estaba bloqueada por la poderosa escuadra chilena. La artillería enemiga empezó a ser instalada, tendiéndose una especie de cordón de ataque sobre la plaza.
La guarnición peruana estaba incomunicada con el resto del país. La situación se agravó con la retirada de Leiva hacia Arequipa, al conocerse la derrota de Tacna; la retirada del almirante Montero hacia Puno y con la falta de recursos económicos para preparar la defensa. Bolognesi remitió un telegrama con los siguientes términos: «Apure Leiva. Todavía es posible hacer mayor estrago en el enemigo victorioso. Arica no se rinde y resistirá hasta el sacrificio».
En el Alto de la Alianza, ya había sido vencido el grueso del ejército aliado.
A las 7 de la mañana del 5 de junio, fue enviado el parlamentario, mayor Juan de la Cruz Salvo, a entrevistarse con Bolognesi y pedirle la rendición de la plaza, «para evitar un inútil derramamiento de sangre».
Bolognesi repuso: «tengo deberes sagrados y los cumpliré hasta quemar el último cartucho».
Cuando el mayor de la Cruz Salvo se retiraba, Bolognesi le comunicó que esa era su opinión personal. Inmediatamente después, reunió a toda su oficialidad en presencia del parlamentario chileno. Lo sucedido luego se deduce del siguiente telegrama remitido al prefecto de Arequipa:
«Suspendido por enemigo cañoneo. Parlamentario dijo: General Baquedano, por deferencia especial a la enérgica actitud de la plaza, desea evitar derramamiento de sangre. Contesté, según acuerdo de jefes: mi última palabra es quemar el último cartucho. Viva el Perú. Bolognesi»
La decisión de defender la plaza fue el res ultado del voto unánime de la oficialidad.
El día seis se reinició el bombardeo de la plaza por mar y por tierra. La intención de los chilenos era lograr la rendición de esta. El asalto de la plaza por parte del ejército, a órdenes del coronel Pedro Lagos, se inició en la mañana del 7 de junio de 1880, el enemigo constaba de un efectivo de más de seis mil soldados. La plaza fue defendida con bravura por los peruanos. La lucha fue sangrienta.
Al promediar las ocho de la mañana, la batalla se desarrollaba ya en la cima del morro. Allí cayó Bolognesi, combatiendo y dirigiendo a su tropa, como lo dijera en su respuesta ante el pedido de rendición, quemando el último cartucho.
Entre los peruanos hubo 900 muertos, 200 heridos y el resto prisioneros. Los dos tercios de la guarnición de Arica sucumbieron inmolándose en aras del honor nacional.
La Campaña de Lima: San Juan y Miraflores
Después de la caída de Arica, el ejército chileno (25 000 hombres) se movilizó por mar desde Tacna, con destino a Lima. Desembarcó, al mando del general Baquedano, en Pisco, Chilca y Lurín.
Entre tanto, en Lima se organizaba la defensa. El pueblo de Lima, incluyendo a lo mejor de su juventud, se aprestó a defender la ciudad y con ella, el honor nacional.
Formaron dos líneas defensivas:
- La primera: entre Chorrillos y San Juan.
- La segunda: entre Miraflores y Monterrico.
Comandaban a las milicias urbanas el ministro de Guerra, coronel Miguel Iglesias, que se encontraba en el Morro Solar y los coroneles Andrés A. Cáceres y Pastor Dávila, a lo largo de la primera fuerza defensiva.
El 13 de enero, las fuerzas chilenas iniciaron el ataque en la línea de Chorrillos – San Juan. La batalla fue sangrienta y la lucha cuerpo a cuerpo. Luego de haber vencido a la primera línea, penetraron en Chorrillos, ciudad que fue saqueada e incendiada.
Al promediar el mediodía del 17 de enero, los chilenos bajo las órdenes del general Baquedano, atacaron la segunda línea. Así se dio inicio a la batalla de Miraflores, incumpliéndose el armisticio acordado.
El resultado fue la derrota total de un pueblo desarmado, que luchaba contra un poderoso ejército.
El Perú perdió, en ambas batallas, unos 10000 hombres, muchos de ellos estudiantes y jóvenes profesionales. Lima fue ocupada y saqueada. Se libró de la destrucción gracias a la intervención del almirante francés Du Petit Thouars, quien se encontraba en el Callao al frente de su escuadra.
El presidente de entonces, don Nicolás de Piérola, se retiró hacia Ayacucho. Previamente ascendió a Cáceres al grado de general y lo nombró jefe político y militar del Centro.
El general Iglesias se dirigió a la Sierra Norte, a Cajamarca. Ambos jefes peruanos tenían la misión de organizar la resistencia en la región andina del país.
La Ocupación de Lima
Triunfadores en el sur, los chilenos se dispusieron a invadir Lima, siendo presidente Nicolás de Piérola, quien dirigió la defensa de la capital. Todos los varones entre 18 y 30 años (civiles y militares) fueron convocados para luchar contra el enemigo. Desgraciadamente nos faltaba el entrenamiento y las armas necesarias para triunfar. Fue así que los chilenos entraron por Chorrillos, Barranco y Miraflores saqueando y quemando todo a su paso.
Después de esto, el enemigo entró en Lima (15 de enero de 1881). Felizmente nuestra capital fue respetada gracias a la gestión del almirante francés Abel du Petit Thouars, quien amenazó con hundir la flota chilena con los barcos extranjeros que se encontraban anclados en el Callao.
La Batalla de Huamachuco
La batalla de Huamachuco, último y heroico esfuerzo del patriotismo peruano contra el engreído vencedor de Chorrillos y Miraflores, se libró el 10 de julio de 1883.
Poco más de dos mil peruanos, a las órdenes del general Cáceres, con armamento desigual, escasos de municiones y careciendo de bayonetas, emprendieron desesperado ataque contra la aguerrida y bien provista división mandada por el coronel Gorostiaga.
Esa fuerza llegó a encontrarse en situación aflictiva y su derrota se habría consumado si, al estrecharse los combatientes, hubieran podido los peruanos oponer bayonetas a bayonetas.
La hecatombe fue horrible, no hubo cuartel. Como en Miraflores, hubo un repase de heridos.
Los peruanos tuvieron mil doscientos muertos; esto es, el sesenta por ciento de sus fuerzas; y los chilenos, ciento setenta bajas.
El Tratado de Ancón
El 20 de octubre de 1883, se firmó el Tratado de Ancón, por el que se puso término a la guerra.
En virtud de este tratado, el Perú cedió a Chile la provincia litoral de Tarapacá y Chile retendría por 10 años las provincias de Arica y Tacna. Transcurridos los diez años, un plebiscito determinaría si pasaban a formar parte de Chile o retornaban al Perú. El país favorecido con estas anexiones debería abonar la suma de 10 millones de pesos (moneda chilena).
El tratado de Ancón fue firmado el 20 de octubre de 1883, luego de que el general Iglesias fuera reconocido como presidente del Perú por los chilenos.
El 23 de octubre, los chilenos desocuparon Lima y Callao.
Las Consecuencias de la Guerra
Las consecuencias de la guerra se pueden estudiar desde distintos puntos de vista. La crisis económica peruana se hizo más grave, pues además de haber perdido parte de nuestro territorio, Chile se quedó con el salitre, hubo muchos gastos derivados de la guerra y se destruyeron ciudades y haciendas.
Políticamente hablando, el Perú se enfrentó, después de la guerra, con el segundo militarismo, que duraría más de una década. La derrota nos dejó un profundo desaliento. Y los recuerdos causaron, durante muchos años, un resentimiento entre países hermanos.
Actividades sobre La Campaña Terrestre de la Guerra con Chile
Esta ficha contiene actividades de la Guerra entre Perú y Chile donde los niños de 6to grado de primaria podrán desarrollar y fortalecer sus conocimientos adquiridos sobre este tema. Ahora te mencionaremos algunas de dichas actividades:
- Averigua si hay algún parque o calle dentro de tu localidad que conmemore alguna de estas batallas o cualquier momento de la Guerra del Pacífico.
- ¿Por qué no se llegó al triunfo en Huamachuco?
- ¿Cuáles fueron las consecuencias de esta derrota?
Todas estas actividades tienen un propósito claro, que consiste en reforzar el aprendizaje de los niños de Sexto de Primaria sobre este importante tema de la Guerra entre Perú y Chile.
Esperamos que esta ficha didáctica ayude a los estudiantes de 6to año de primaria en el aprendizaje de este maravilloso curso de personal social o ciencias sociales como en otros países se le conoce.
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